rayostellium

«Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, 

el subconsciente                   

                 seguirá dirigiendo tu vida 

y tú                         

     le llamarás destino»

CARL G. JUNG

Mi historia se entrelaza con la del centauro Quirón, el centauro.

En el mito nace mitad hombre (consciencia divina inmortal) y mitad caballo (parte instintiva incontrolable y mortal) un monstruo deforme que es abandonado y rechazado por sus padres. Avergonzado por su identidad y apariencia física huye ocultándose del mundo en una cueva.

La primera herida: 

el trauma de nacer, el dolor injusto de sentir la separación psicológica de la fuente: el corte del cordón umbilical.

Así es como pasé la mayor parte de mi infancia, con una extraña sensación de que allá donde iba nunca acababa de encajar, sintiéndome rechazado, humillado, violentado y avergonzado simplemente por Ser. La lucha se centró en intentar pertenecer y diluirme en el entorno, reprimiendo mi diferencia y encorsetando mis emociones. 

El mecanismo de supervivencia fue la evasión a mundos imaginarios, congelado por fuera para disociarme del terror externo ( pero profundamente melancólico por dentro, inundado por tempestades invisibles, imposibles de predecir).

¿De dónde proviene esta soledad?

Apolo, el dios del Sol se apiada de su sufrimiento y lo adopta, instruyéndolo en todos los saberes, artes y conocimientos antiguos.

Estudié Bellas Artes y de alguna manera entré en un período más luminoso, abriendo la puerta hacia un mundo nuevo donde la belleza, el arte, la diferencia,  la expansión intelectual y la creatividad fueron tierra fértil hacia una nueva identidad.  

Trabajé varios años de creativo aunque había algo invisible que no acababa de encajar: inconscientemente estaba totalmente desconectado de mis emociones encerradas bajo una armadura de metal imposible de penetrar, enfocado en la búsqueda de reconocimiento social y objetivos personales: 

una máscara fría y superficial.

Y por otro lado un mundo interpersonal cada vez más tóxico, confuso y auto destructivo, alcanzando el paraíso disociándome de mi para volver a caer hacia lo más profundo y oscuro, invadido por melancolía y varias depresiones en silencio. Invadido constantemente por el anhelo compulsivo de desaparecer movido por una inercia devoradora incontrolable.

¿Por qué tanta intensidad?

Quirón recibe una segunda herida:
 
una flecha mortal envenenada terriblemente dolorosa que no le da muerte pues él es inmortal. 
A pesar de todos sus conocimientos es incapaz de curarse por si mismo, lo que emprende una dramática búsqueda para encontrar el remedio a tanto sufrimiento.
 
En su camino de sanación se vuelve reconocido pues puede curar a los demás lo que en él mismo es incapaz de hacer:
se convierte en el Sabio Herido.

Yo tuve que experimentar varias flechas reflejo del Caos, de la separación entre mi Yo externo y mi Yo interno. Entré con contacto con la muerte Plutoniana total, un punto de inflexión que me hizo aterrizar en el cuerpo y comenzar a hacerme cargo de mi.
Al igual que Quirón, comencé mi búsqueda de respuestas para poder afrontar la crisis existencial.
Flores de Bach, PNL, Reiki, Meditación, talleres, libros, conferencias…
hasta que por fin apareción la Astrología Psicológica en mi camino: el puente que me permitió bajar, al igual que Dante, a comprehender, sentir y abrazar mi infierno personal,  revelar mis demonio y entender los «para qué» descubriendo la caja de Pandora:

Nodo Sur en Escorpio conjunto a Plutón y en contacto a casi todos mis planetas. Mi Dark Vader. 
El primer click de la cerradura. 

"La felicidad se puede encontrar hasta en los más oscuros momentos, si somos capaces de usar bien la luz."

Albus Dumbledore, Harry Potter

Me lancé a devorar sobre el significado de la sombra personal, el inconsciente colectivo de arquetipos jungianos; investigar sobre el origen del trauma, las proyecciones psicológicas y lo que se oculta tras el silencio de lo que decimos.

Hasta dar por fin con la llave maestra, la herida primordial, nuestro diamante en bruto: mi Quirón personal, la parte de mi que había desterrado y abandonado en mi propia cueva, esperando ser abrazada y reconocida por mi.

Quirón es como un fantasma, una fotografía borrosa. Es el espacio psicológico de un vacío que solo existe para ser llenado por tu esencia. Es nuestra parte más lejana y la vuelta a casa más profunda: el encuentro con el Alma olvidada. 
A pesar de todos sus conocimientos es incapaz de curarse por si mismo, lo que emprende una dramática búsqueda para encontrar el remedio a tanto sufrimiento.
 
Es el encuentro con el amor total a reconocer la parte herida injusta de cada uno y a su vez el mayor regalo que como humanidad todos tenemos para ofrecer compasión, resiliencia y acompañamiento del dolor el otro, pues resuena con el tuyo propio.
 
Entender esta espina hizo que pudiese acceder a ver la singularidad de mi agujero negro, atravesar el umbral hacia lo desconocido para aceptar y hacerme cargo de la proyección de mi abandono, sensación de rechazo y vergüenza para conseguir mi matrimonio interior: mente, cuerpo, emoción y espíritu.

Quirón abandonó su búsqueda de sanación al entregarse en ocupar el lugar de Prometeo para que éste pudiese morir.
Por ello entendí que mi propósito es ponerse al servicio de la vida acompañando a otros en su búsqueda de sanación emocional y espiritual, ser un recipiente para que que tu puedas aparecer, existir: Ser.