Quirón es el personaje que nos habla, simbólicamente, de la herida primordial que experimentamos al nacer: la sensación psicológica de perder el útero, “el paraíso” y la conexión con la fuente de Amor universal. Allí donde está Quirón existe una profunda herida de abandono y rechazo: una falla, un stigma y una herida “injusta”. Por lo que construimos nuestra personalidad con mecanimos psicológicos inconscientes tratando de ocultar lo que más nos avergüenza y huir de nuestro punto más vulnerable:

Negando, sobre compensando, proyectando o identificándonos con lo que más nos duele.

Allí donde está por casa, signo y aspectos en nuestra Mapa Natal existe la sensación de no encontrar el reposo ideal y a su vez, supone nuestro mayor DON y regalo de ENTREGA PERSONAL, hacia nosotros mismos y hacia los demás: La Llave que nos abre al sentido que hay por debajo de toda experiencia y nuestro DESTINO individual. Entonces, cuando nos entregamos a esa situación, Quirón se transforma en un “portal cuántico” que nos lleva al siguiente nivel de la espiral de nuestra consciencia: la puerta a los transpersonales – Urano, Neptuno y Plutón, el proceso terapéutico y la capacidad resiliente de expandir nuestras limitaciones